SINOPSIS:
Adaptación de una obra de Broadway. Johnny Case (Cary Grant), un hombre poco convencional, se enamora de Julia Seton (Doris Nolan), una chica de buena familia; así que debe adaptarse a la alta sociedad neoyorquina. Además, su novia quiere que trabaje en el banco de su padre, actividad incompatible con su carácter. Sólo Linda (Katharine Hepburn), la vivaz hermana de Julia, es capaz de comprender que Case desee vivir una vida diferente. (FILMAFFINITY)
PREMIOS:
1938: Nominada al Oscar: Mejor dirección artística
CRITICAS:
Busco y rebusco, y encuentro entre las películas almacenadas en mi ordenata esta joya, de la que, hasta ayer mismo, no había podido disfrutar. A priori, el principal atractivo de la cinta es su magnífico reparto, encabezado por dos de los mejores actores de toda la historia del cine:Cary Grant y Katharine Hepburn.¡Señores, vamos a quitarnos el sombrero!.Y, efectivamente, se confirman nuestras impresiones. La elegancia de Grant, o el rostro de Hepburn en esos primeros planos sublimes son CINE, con mayúsculas.
Pero la película es algo más que sus espléndidas interpretaciones, y la mejor prueba de ello es que después de ese añorable The End de las películas clásicas, no tenemos más remedio que pararnos un rato a reflexionar. Porque George Cukor, lejos de presentarnos una comedia ligera, nos inquieta, sin renunciar al buen humor, con cuestiones profundas que nos zamarrean el alma, como la valentía necesaria para ser un auténtico rebelde, frente a la actitud cómoda de quien se refugia en sus aficiones, tornadas en vicios, ante una vida vacía.
El aburrimiento de la solemnidad y de las relaciones basadas en la hipocresía social, frente a la frescura del talento, de la cultura, del que tiene arte.
La renuncia de las aspiraciones personales cuando decidimos compartir la vida con la persona amada, que tiene que afrontar la persona noble, en contra de quien, con una falsa astucia, considera posible llevar a cabo sus sueños manipulando o engañando a quien, realmente, no ama.
El choque escandaloso que se produce en nuestra conciencia cuando impactan en ella el amor fraterno y la pasión conyugal...Y muchos otros aspectos
Todo esto, que con mi pobre verbo parece árido, nos lo presenta George Cukor en una historia sencilla, graciosa, entrañable, que contrasta con la profundidad del mensaje, que perdurará algún tiempo dentro de nosotros para que sigamos pensando en él. ¿No es esto el buen Cine?